¿Sabes cómo utilizar una rotativa para tener un control absoluto sobre ella? ¿Sabes qué posición ha de tener para un correcto abrillantado y pulido profesional de suelos? Hoy, Ingequipos te explica la forma más sencilla cómo debes manejar una pulidora rotativa.
En primer lugar, has de saber que las máquinas rotativas pulidoras abrillantadora son máquinas autopropulsadas, es decir, se deben mantener siempre sujetas por el mango o timón, pues la fricción del plato de arrastre en el suelo, imprescindible para que realicen correctamente su trabajo, hace que tengan que estar permanentemente sujetas por el profesional que las maneja.
Su manejo es muy sencillo, pero se tiene que saber hacer porque, de lo contrario, pensaremos que la pulidora rotativa “se nos escapa”; algo bastante habitual si no se sujeta y maneja correctamente.
Es muy importante que la pulidora abrillantadora rotativa trabaje siempre sobre suelo mojado. La máquina no ha de funcionar nunca sobre el suelo seco. En función del estado del suelo estaremos puliendo más o puliendo menos. Y, asimismo, antes de empezar a trabajar, debemos asegurarnos de que el suelo esté totalmente limpio y protegido de obstáculos que nos impidan trabajar bien, como por ejemplo, muebles, cortinas, zócalos, etc.
Una vez ponemos en marcha la rotativa, el mango hay que colocarlo con unos treinta grados de inclinación para que la máquina no se apodere de quien la utiliza y funcione perfectamente. Hay que tener en cuenta también que cuando el mango de la rotativa se sube hacia arriba, ésta se desplaza hacia la derecha, y que cuando el mango se baja, la rotativa se desplaza hacia la izquierda. Sólo así conseguiremos un correcto pulido del suelo.
Una forma de asegurarnos que pasaremos bien la máquina por toda la superficie, es aplicar el sistema que se denomina de “doble pasada cruzada”. Primero, haremos toda la superficie en una dirección y en ambos sentidos, y después repetiremos la operación en dirección opuesta, hasta cubrir toda la superficie.
Para conseguir un buen resultado, no conviene trabajar toda la superficie que haya que pulir de golpe. Es mejor hacerlo por partes, poco a poco. De dos metros cuadrados en dos metros cuadros, suele ser lo ideal. Y, una vez terminado el proceso y retirada la máquina, controlemos el fregado diario, sin usar detergentes neutros ni lejías ni derivados.
En Ingequipos disponemos, para los profesionales de la limpieza, de maquinaria muy específica y de rotativas monodisco que facilitan enormemente su trabajo y consiguen resultados efectivos y precisos.